Nos encontramos en un momento en el que el mundo se comunica y habla por medio de las plataformas digitales. Todo lo que hacemos y decimos, así como todas las dinámicas de nuestro negocio están volcadas al mundo digital, y no parece que eso vaya a cambiar, de hecho, es probable que siga creciendo más y más.

Aunque el mundo digital nos ofrece diversas oportunidades, también se ha convertido en un campo lleno de mucha competencia y contrincantes que están impacientes por tener éxito. Por eso, es fundamental que te diferencies, pues de lo contrario puedes quedarte atrás. Ahora, ¿cómo hacer eso?, ¿cómo marcar la diferencia y no ser igual a mi competencia? Te tienes que diferenciarte por tres aspectos: nicho de mercado, producto y modelo de negocio, y hoy te vamos a explicar cada uno.

1. Nicho de mercado. Debes tener muy claro cuál es tu mercado y el público que atacarás. Definir bien lo que quieres vender hará que sea posible diferenciarte del resto porque ofreces algo que los demás no. Para eso, ten en cuenta cuál es tu especialidad y el tipo de personas que desearían consumir tu(s) producto(s) o servicio(s). Recuerda: mientras más específico/a seas, más efectivo serás, y puedes hacerlo de una manera potente y que evidencie una distinción, por ejemplo: no es lo mismo tener una tienda de chocolates, a tener una tienda de chocolates de Suiza, ¿lo ves?
2. Producto. Este punto es crucial y se va a centrar en lo que quieres vender. Debes saber qué producto estás ofreciendo para conocer sus fortalezas y enfocarte justamente en eso. Además, debes asegurarte de que tu producto sea único y pueda diferenciarse de los demás. De modo que debes preguntarte qué cosa tiene o hace tu producto para marcar la diferencia. De nuevo, no es lo mismo vender una camisa negra, que una camisa negra con tejidos ecológicos.
3. Modelo de negocio. Tu modelo de negocio lo es todo al momento de diferenciarte, ¿por qué? A partir de él puedes plantearte alguna estrategia o enfoque que te permita ofrecer algo distinto a lo que ofrece tu competencia. Pensemos en Netflix: al principio, la gente iba a la tienda a comprar la peli, luego vino un modelo de negocio diferenciado en el que te enviaban la peli por correo; después, Netflix cambió el modelo de negocio y pasó a ser una suscripción para, finalmente, adaptarse a su momento y dar con el streaming.
   Como ves, tu modelo de negocio depende de cómo ofreces tu producto al mercado y cómo te las ingenias para adaptarte a cada momento y beneficiando al usuario. En ese sentido, dependerá mucho de cuánto conozcas a tu marca y entiendas de qué manera puede innovar y diferenciarse.

Al final, lo más importante en este proceso es diferenciarte de los demás, y debes convertir esa necesidad en tu motor y objetivo primordial. Si tienes eso en cuenta y observas como actúa tu competencia y tu público, estamos seguros de que lograrás los mejores resultados poco a poco.